martes, 6 de diciembre de 2016

AUTORA NACIONAL CRISTINA IGLESIA


CRISTINA IGLESIA

Nació en San Sebastián en 1956 en una familia con bastantes inquietudes culturales. 
Los cinco hermanos, al cabo de los años, serian creadores: ella escultora, Alberto compositor, Eduardo escritor, Lourdes escritora y guionista y Pepelu cineasta. Empezó a cursar la carrera de ciencias químicas pero pronto su deseo de “buscarme un lugar alrededor del arte desde el que poder hablar” la llevo a trasladarse a Barcelona para estudiar dibujo y cerámica. Empezó trabajando con barro pero en 1980 la necesidad de encontrar nuevos lenguajes la llevo a Londres para matricularse en la Chelsea School of Art. Fue precisamente en Londres donde conocería al que se convertiría en su esposo, el escultor madrileño Juan Muñoz. El matrimonio tuvo dos hijos, Lucía y Diego, y constituyó un sólido tándem creativo hasta el repentino fallecimiento del artista, en agosto de 2001. Sus influencias y motivaciones surgen más del arte y cultura británica que de la española.

Cristina Iglesia pertenece  a una generación de artistas que desde los ochenta están transformando el concepto de escultura en el ámbito de las instalaciones. Sus obras reflejan vocabulario basado en el uso de distintos materiales como el hormigón, el hierro, el cristal,etc; a veces combinados con motivos vegetales como el bambú; con diferentes técnicas como el bajorrelieve, el tapiz o serigrafía en gran formato sobre seda y cobre; y delatan el interés que tiene el artista por el espacio, la arquitectura, la literatura y la geología. El contraste que crea de texturas y materiales y la relación que estos establecen con el espacio son dos puntos importantes en su trayectoria.
Se dio a conocer en la primera mitad de la década de 1980 al ser seleccionada para participar en exposiciones como La imagen del animal (1983) y 1981-1986: pintores y escultores españoles, de la Fundación La Caixa. En 1984 presentó sus dos primeras exposiciones individuales, en Setúbal y en la Galería Cómicos de Lisboa. Dos años más tarde fue una de las artistas elegidas para representar a España en la XLII edición de la Bienal de Venecia, y en 1987 participó en la Exposición del CAPC- Museo de Arte Contemporáneo de Burdeos. A partir de esta fecha su obra empieza a ser reconocida y expondrá regularmente en museos y galerías de Europa y América del Norte.

La década de 1990 supuso su consagración internacional. 


En 2007 reapareció en España con exposiciones en las galerías Pepe Cobo y Elba Benítez de Madrid y con su puerta-escultura para la ampliación del Museo del Prado. La obra fue un encargo del arquitecto Rafael Moneo, responsable de las obras de ampliación del museo.

Consiste en seis elementos de bronce, dos fijos en los extremos y cuatro móviles; en total, una gigantesca escultura de 22 toneladas, 6 metros de altura y más de 50 metros cuadrados, "una aleación prácticamente indestructible, garantizada por 3.000 años, que ha tenido una dificultad considerable debido a su textura rugosa", según Fernando Capa, director de la Fundación Eduardo Capa y responsable de su materialización, que se prolongó durante un año. La instalación de las grandes puertas de bronce tuvo lugar a principios de febrero, e inmediatamente suscitó la admiración y el asombro del público. "Cuando Rafael Moneo me pidió que hiciera una puerta para el nuevo edificio del museo supe enseguida que no iba a hacer sólo eso. [...] he hecho intersticios, laberintos, referencias a la naturaleza sin fin, una proliferación de vegetaciones que podrían continuar y cubrirlo todo; ese haber sido capaz, con tres o cuatro elementos, de hacer un laberinto mínimo, forma parte de mi lenguaje. Quise además que el tiempo fuera no ya una pátina, sino el elemento del movimiento, del mirar cómo se abren las puertas, reflejar la espera o las diferentes maneras de cruzarlas; todo eso me fue convenciendo, apasionando, y lo fantástico es que a Moneo le pareciera muy bien." Puertas del Museo del Prado
 


                                                 Puertas del Museo del Prado 


Paralelamente Iglesias estaba ultimando otra obra pública, la Deep Fountain (La Fuente Profunda), " un gran estanque con un mecanismo que hace que el agua brote e inunde la vegetación esculpida en bronce", ene el marco del plan de reordenación de la plaza Leopold de Wael y el entorno del Museo de Bellas Artes de Amberes"." La idea es crear en el centro del atrio un estanque reflectante sobre un abismo, consiguiendo la ilusión de un corte profundo en que se pudiera ver el fondo y el agua desapareciera. Su suelo es un bajorrelieve de hormigón con formas vegetales, oscuro, pero que permite el reflejo del pórtico del museo en el agua. Es una obra muy compleja. Tanto la pieza del Prado como la Amberes resuelven de manera muy diferente dos campos de visualización del espacio. Esa idea de tiempo y movimiento estará en las dos". 



En los últimos años la artista, que vive y trabaja en Torrelodones (Madrid), cuando no está viajando, ha representado a España en la Exposición Universal de Hannover (2000), en la Bienal de Taipei (2002) y en la Bienal de Santa Fe (2006), año en que presentó en el Museo Ludwig de Colonia la exposición Tres corredores suspendidos, una instalación que agrupaba tres piezas-corredores formados por elementos arquitectónicos verticales y horizontales en hierro galvanizado y patinado y que se pudo ver, aunque parcialmente, en Madrid (2007). Tiene obras en museos y colecciones de todo el mundo.






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