Nació en
Barcelona en 1962, en la actualidad se encuentra viviendo entre su lugar de
origen y París. Obtuvo una formación teórico-escultórico, artística y de
historiador de arte durante los años 80. Empezó con la escultura, pero pronto
introdujo elementos teatrales y de la arquitectura, poco después empezó a
introducir el vídeo como mediador principal entre el espectador y su obra, este
medio lo introdujo tras el descubrimiento del cine de la vanguardia alemana de
los años treinta. En definitiva, Jordi Colomer, a lo largo de su carrera ha
empleado diversos medios para realizar sus creaciones, interesándose sobre todo
por las esculturas, la fotografía, pero sobre todo la escenografía teatral.
Empieza a evitar la presencia humana quedando en maquetas, formas geométricas,
relacionando el cuerpo humano con un entorno centrándose sobre todo en la
ciudad. Para él sus obras es una forma de jugar a ver y ser visto, creando
narraciones y dramas en sus personajes (fobias, carencias…). Esto lo consigue
gracias a los vídeos.
Su primera
videoinstalación fue “Simo” (1997-1998), el cual en una interacción
tridimensional entre el espectador y el espacio que se organiza como un teatro
en miniatura. Los espectadores tenían que entrar a una sala mediante unas
escaleras, simulando que suben a un escenario. Dentro las paredes estaban
forradas con terciopelo rojo y el exterior se construía de forma pobre. Por el
pasillo llegas a una sala de butacas, la sala sería forrada de terciopelo rojo.
En las butacas el espectador se sentaba para contemplar la escena, el cual se
basaba en la visualización de un vídeo de Simo, una actriz enana, que está
rodeada de cajas y botes de mermelada que se va comiendo mientras entra y sale
del plano nerviosa. El vídeo era cíclico, sin un principio y sin un fin. Toda
la proyección estaba acompañada de sonidos de cajas, botes rompiéndose, etc.
que unido que en personaje producía una sensación claustrofóbica que no
permitía al espectador identificarse con Simo.
Simo, 1997-1998.
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